Ya que la navidad está a la vuelta de la esquina, os dejo esta entrada que habla sobre los juguetes "violentos" que causan cierta agresividad en los niños.
De cara a la Navidad, los niños sueñan con juguetes nuevos y los padres se enfrentan, confundidos por la publicidad y aturdidos por la abrumadora oferta, al dilema de cuál será el mejor regalo para sus hijos. Ante todo se debe concebir el juego como una importante vía de expresión del niño y como un medio para desarrollar sus habilidades emocionales.
Al hilo de esta argumentación, la doctora Azcorra considera que los juguetes que reproducen pistolas y espadas, jugar a hacer chocar cochecitos, incluso los juegos con reglas tales como competiciones, carreras y las artes marciales “permiten canalizar una agresividad natural del niño, que no es destructiva, sino que tiene un matiz de lucha personal por lo que uno quiere”. Azcorra apunta que es “necesario darle a los niños la posibilidad de hablar, protestar y expresar su rabia”.
La opinión de esta experta la secunda Prudencio Rodríguez, jefe de la sección de psiquiatría infanto-juvenil de los Servicios de Salud Mental de Tetuán, (Madrid), que afirma que este tipo de juguetes, tachados por algunos de violentos, “ha existido toda la vida, dado que la agresividad forma parte del ser humano y es necesario canalizarla”. Sin embargo, no está a favor de cualquier juguete que se preste a ello y hace una salvedad especial con los videojuegos, “que no permiten que el niño organice la fantasía agresiva, sino que le viene impuesto un mundo en el que, además, se banaliza el acto de agredir”. Con frecuencia los padres desconocen estos detalles sobre los videojuego, así como la edad recomendada para cada uno, debido a la desinformación aportada por el fabricante en el envoltorio.
Según Azcorra, el principal peligro que ofrecen tanto los videojuegos como los ordenadores es que “fomentan el aislamiento y el individualismo, de modo que el niño ve cumplidos sus deseos cuándo y cómo quiere, sin topar con la oposición de los padres o compañeros de juego; sin aprender, por tanto, la tolerancia a la frustración, que es lo que le permite darse cuenta de que vive en el mundo con más gente”.
Hola, soy Sandra, y es mi primer año en el ciclo de educación infantil, en este blog os iré contando curiosidades, e información sobre la educación infantil. Espero que os guste.
lunes, 8 de diciembre de 2014
sábado, 6 de diciembre de 2014
El sentido del humor en los bebés
¡Buenas! Me he encontrado con este dato curioso que habla sobre el sentido del humor en los bebés.
Se dice que un niño con sentido del humor es más capaz de hacer amistades duraderas, ser querido por sus iguales y extender ese buen rollo a sus relaciones adultas para administrar con mayor éxito las frustraciones, evitar los conflictos y, en definitiva, sufrir menos y disfrutar más. Además, el sentido del humor está relacionado con la inteligencia, la autoestima, la creatividad y la resolución de problemas.
En los primeros meses la risa de los bebés es estimulada con juegos físicos (cosquillas, etc.,) pero a los seis o siete meses, cuando los bebés empiezan a entender un poco el mundo que les rodea, les encanta ver lo conocido dado la vuelta, es decir, comienzan a disfrutar de la esencia misma del humor.
Se dice que un niño con sentido del humor es más capaz de hacer amistades duraderas, ser querido por sus iguales y extender ese buen rollo a sus relaciones adultas para administrar con mayor éxito las frustraciones, evitar los conflictos y, en definitiva, sufrir menos y disfrutar más. Además, el sentido del humor está relacionado con la inteligencia, la autoestima, la creatividad y la resolución de problemas.
En los primeros meses la risa de los bebés es estimulada con juegos físicos (cosquillas, etc.,) pero a los seis o siete meses, cuando los bebés empiezan a entender un poco el mundo que les rodea, les encanta ver lo conocido dado la vuelta, es decir, comienzan a disfrutar de la esencia misma del humor.
Los padres que se ríen fácil y frecuentemente con sus hijos entienden que el humor es una buena herramienta a la hora de relacionarse con sus pequeños, además, la complicidad que crean las risas y los buenos ratos es una especie de lenguaje íntimo, que aquí os dejo el ejemplo de una madre con su hija: “Yo suelo llamar a mi hija Martina como si fuera Robin Hood de los bosques, fingiendo que mi mano es un cuerno y haciendo “tu, tu, tuuuu”. Ahora Martina, que ya tiene un año y ocho meses, cuando quiere que me acerque a ella o quiere pedirme algo, hace el mismo movimiento y sonido, algo que sólo nosotras entendemos y nos hace mucha gracia,” explica Celia.
los expertos en psicología infantil afirman que el humor puede ser enseñado y aprendido. En esto se parece a un músculo que debe ser trabajado regularmente. Y no se trata de apuntar al peque a un curso de monólogos para bebés… el truco: ser su mejor modelo.
¡¡No hay nada más lindo que ver a un bebé sonreír!!
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