Aunque había muy pocos niños y me lo pasé muy bien, pero eso si, tenían todo unos nombres muy poco comunes y a la vez modernos, aunque yo me quedé sólo con dos o tres...
En el aula había dos educadoras porque al ser más pequeños requieren más atención.
Cuando yo llegué sólo había tres niños, y los demás fueron viniendo a distinta hora.
y cuando ya estaban casi todos la educadora los hizo sentar en una colchoneta para enseñarles un cuento gigante plegable de animales para captar su atención.
luego sobre las 11 le dimos el desayuno, después la educadora empezó a cambiar pañales, y al poco tiempo les sacaron de una clase de al lado los carritos de los niños para que se durmieran.
Y cuando ya despertaron se pusieron a jugar con los miles de juguetes que había allí y eso que el aula era pequeña...
también tenían una tele con dibujitos animados y su música de fondo relajante.
Me sorprendió las muestras de cariño que se tienen unos a los otros, porque cada dos por tres estaban dándose besitos, y apenas se peleaban por algún juguete. ¡Que lindos!
Pero se daban unos golpes.... porque no paran quietos.
Luego a la hora de irse la educadora los sentaba de nuevo en la colchoneta para cantar una canción de despedida, y a esperar a que sus papis entrasen a por ellos.
¡Me gustó mucho esa mañana, estuve entretenida la verdad!
Bueno, me alegro que la experiencia gustara. La pena es que no se puede repetir muy a menudo, je, je.
ResponderEliminarHola!! La verdad que esta experiencia nos sirve de mucho, pues la teoría vale pero la practica es lo que realmente nos hace situarnos por un momento en lo que puede ser un buen futuro para nosotros y para tantos niños que estarán en nuestro camino deseosos de aprender!
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